Sueños de un demonio - Capítulo XVIII





Capítulo XVIII 

 Nuevos descubrimientos


Las bestias estaban aterradas. No sabían qué decirle a su amo, y una de las cinco lunas ya habían pasado. Habían sufrido también muchas bajas a manos de romeo, de los caballeros de omega y de aquel extraño joven, conocido por ellos únicamente como 'El niño de la Atal'. Uno, sin embargo, estaba contento pues llevaba en sus manos el yelmo de uno de los caballeros de Romeo. Era algo así como su trofeo de guerra.

Esperaron impacientes y temerosos que su señor saliera de un momento a otro, lleno de ira. Pero pasaron los minutos y nada de esto ocurrió. Entonces, los arbustos se movieron y las ramas de los árboles temblaban. Las bestias miraron hacia estos y descubrieron a Mordoss brincando de una rama a otra. No sabían que pudiera hacer eso, pero daba gala de gran habilidad. Finalmente, su amo dió una voltereta aterrizando justo en el centro del círculo que ellos habían formado, mostrando en sus enormes ojos gran fiereza. Todos quedaron inmóviles, esperando que dijera algo.
—¿Qué noticias me tienen ?—dijo—. Una de las lunas ya ha dado fin y quiero saber qué han visto o qué traen para mí.
Todos hicieron una reverencia e inclinaron sus hocicos, sin mencionar palabra. Todos excepto el que llevaba el casco.
—Amo Mordoss...—dijo, siseando con orgullo—Nos hemos dado cuenta de que uno de los niños está al cuidado del rey de Omega, Romeo. Trató de esconderse pero nos dimos cuenta de su piedra porque siempre comete la imprudencia de usar sus llamas internas.
Su amo escuchó con atención, mientras se limpiaba de manera prolija la sangre que manaba de su hocico, y que sólo el hombre lagarto que hablaba miraba, pues era el único con la cabeza levantada hacia él.
—¿Y qué más ?
—Ya...la cuestión es que este niño, el dueño de la piedra Atal tiene unos arranques repentinos de ira, y su poder se acrecienta, principalmente cuando estamos nosotros cerca.
Mordoss se irguió y entonces caminó lentamente hacia una piedra más grande y se echó sobre ella, dejando que el sol le diera tranquilamente sobre las capas de piel metálica.
—Eso es interesante—dijo ahora con un toque de indiferencia que sorprendió a sus sirvientes, incluyendo al que hablaba—Creo saber por qué. ¿Qué más ?
A los hombres lagarto esta actitud de su amo les causaba más miedo que nada...¡estaba tan tranquilo !...
—Sufrimos la pérdida de varios de los nuestros—agregó el otro—, todos a manos del niño de la Atal. Aún nos cuesta trabajo conocer sus movimientos, pues nosotros dominamos más la técnica de la Ura. Rapidez, certeza, violencia. Tiene un modo muy distinto de atacar, que nos doblega a todos. Además sus explosiones son a gran escala. No siempre podemos esquivarlas.
Mordoss seguía tranquilo, como si reflexionara todo lo que el otro le informaba, haciendo gala de más uso de razón que ellos, que eran, por demás unos brutos. Hablaban bien, sabían pelear, pero no tenían mucho sentido común. Como si fueran humanos promedio. Pero aparentemente, él pensaba demasiado, profundizaba de más, como si su naturaleza fuera distinta a la de todas esas bestias, aunque aparentemente eran de la misma familia.
—Lo que sucede es que son unos estúpidos que atacan lo que se mueva—agregó sin inmutarse—, pero he decidido no enojarme el día de hoy con ustedes. Estoy satisfecho en muchos sentidos y no quiero echar a perder este lapso de buen humor. ¿Tienes algo más qué decir ?...
—Yo...traigo esto. Es para usted.
El hombre lagarto extendió sus brazos mostrando el impresionante yelmo del caballero de Omega, que refulgía ante el sol. Ese regalo pareció agradarle mucho a Mordoss.
—¿Mataron caballeros de Omega ?—preguntó con placer.
—A dos.
—Muy bien, bien...eso ya es algo que tengo que reconocerles. Un caballero de Omega siempre es muy bueno. No son tan inútiles después de todo. Me complace este presente—Y tomó el casco con tranquilidad—pero no se les olvide que tiene dos lunas más para traerme a cualquiera de los niños. Si no lo hacen, les pesará.
El que le dió el obsequio inclinó la cabeza y se marchó. Todos los demás siguieron su ejemplo.


—¿Por qué le pagaste de más a ese cretino ?—preguntó Iori a Sigma mientras ambos iban montados en Pesadilla.
—Era lo justo. Nos atendió, te aguantó y me dió algunas noticias importantes.
—Sobre esta cosa...
—Sí. Además, un caballero dragón siempre debe ser generoso, sin importar de quien se trate. Por ejemplo, te recogí a tí. Ningún otro se hubiera atrevido a hacerlo.
—¿Por qué ?
—Por tu falta de cortesía. Para ciertas legiones de caballería, los tratos personales son cosa de mucha clase. Cuando una de las partes no responde de modo apropiado, lo dejan sin seguir más. Yo tengo que aguantarte.
—Lo dices como si fuera de lo peor.
—No lo tomes a mal...—respondió Sigma—pero es que estoy empezando a irritarme. No eres tú en realidad. Es todo. Además, está haciendo calor, y eso siempre me ha molestado mucho. No quisiera ser grosero contigo. Acuérdate que ayer te ofrecí mi amistad.
—Nunca he creído nada de eso a nadie. Ni siquiera a tí. Pero trataré de hacer el intento, sólo por todas las molestias que has tenido para conmigo, y porque siento que a veces me conoces mejor de lo que yo mismo me conozco.
El joven peliazul acarició un poco la piel de Pesadilla, quizá pensando en cómo le hablaría a Iori.
—Entonces, trata de conocerme un poco tú a mí. No quiero que te hagas amigo de mi dragón, pero tampoco quiero que te la pases temiéndole. No es malo. Además, siempre hay que procurar tratar a todas las personas lo mejor posible, porque nunca sabes cuándo necesitaras de aquel al que saludaste o le ayudaste en algo.
—No creo que alguna vez necesite de tu animal—lo interrumpió Yagami—, pero trataré de moderar mi antipatía hacia él. Lo que sucede es que estoy muy desconcertado. ¿Entiendes que no puedo confiar todavía en nadie ? Ni siquiera en tí.  Menos en él, que se metió a mis sueños en mi mundo.
Sigma cerró los ojos, e hizo una mueca de malestar.
—Oye—murmuró Iori—no quise ser una mala carga para tí.
—No es eso...—dijo Sigma—es que estoy sintiéndome muy mal. Has de saber que hay días en que necesito mucho del agua. Y eso ocurre sólo en ocasiones específicas. Esta es una de ellas.
—Yo...
—No te preocupes...nada de esto es serio. Pero vamos a tener que hacer una pequeña desviación hacia una villa cercana al reino de Omega. Las pistas sobre el paradero de tu compañero demorarán un poco.
Yagami pensó que si era estrictamente necesario para Sigma conseguir agua, unas pocas horas de retraso para llegar al reino donde quizá sabrían algo de Kyo no serían ningún inconveniente.


Cuando Kyo y Rufus salieron del castillo, se encontraron a Cuchillada, que permaneció en las afueras de las murallas. No había hecho ruido ni escándalo, y aparentemente nadie sabía que estaba en ese lugar. Cuando el animal los vió acercarse, se puso en una especie de guardia. El viejo le respondió con indiferencia como solía ser su costumbre pero Kusanagi se acercó a él.
—¿Qué te pasa ?—preguntó la bestia—. ¿No has tenido suficiente ?
—Sí, pero quería verte.
—¿Para qué ?
—Me gustaría hablar contigo.
—Pero yo no deseo hacerlo.
—Entonces, te obligaré—respondió Kyo, sonriendo—aunque me lleve el doble de tiempo que me tomé para calmarte. Sabes que soy testarudo.
Cuchillada no agregó nada, pero caminó en dirección contraria a la de él, alejándose.
—Inténtalo si quieres. ¿Qué harás ahora ? no empezaremos a jugar, supongo.
—No. Tengo asuntos más importantes que atender ahora. Pero si quieres acompañarnos, puedes hacerlo. No tengo problema con eso.
El animal le respondió con un ademán de negación fanfarrona.
—Entonces nos vemos después.
Y entonces Kusanagi caminó enfrente de Rufus, que permaneció sorprendido, mirando a Cuchillada. Nunca antes en todo el tiempo que él recordaba, había visto a aquel animal tan calmado en presencia de un extraño y menos una conversación tan tranquila con él involucrado. Andaron por un pequeño camino cobijado por árboles, para adentrarse al pueblo de Omega. Cuchillada iba tras ellos, con una distancia prudente, de manera muy tranquila.


Chizuru ya le había dado una cierta interpretación a los papiros que había recibido de parte de Marina. Pero aún había muchas dudas dentro de todo lo que había descubierto, y no pensaba, al menos de momento, rebelárselas a ninguno de los miembros del torneo. Pero les explicaría a grandes rasgos algo similar a lo que les había dicho a Shingo y a King y entonces comenzaría el proceso de algo que podía terminar en situaciones inesperadas, peor incluso que cuando sucedió el despertar de Orochi. Así pues, decidió convocarlos a todos. Quizá no irían algunos, pero trató de abarcarlos en su gran mayoría.
Ese mismo día se reunieron allí, incluso Yuki Kushinada, a quien la prensa no había dejado un minuto sola, y que solamente en el santuario de Kagura podía encontrar cierta tranquilidad. Y no era para menos. Todos los diarios, las radio difusoras y las televisoras mostraban una y otra vez las imágenes cortesía de Satella del momento en el que tanto Kusanagi como Yagami desaparecieron del ring, y luego los intentos desesperados de su compañeros por rescatarlos y las muchas especulaciones sobre qué había sucedido con ellos. Los más optimistas decían que todo era un juego publicitario para hacer que la rivalidad se pusiera más interesante, mientras que los dos jóvenes pensaban en su nueva imagen. Los más fatalistas decían que todo había culminado en una explosión de llamas, que había carbonizado a los dos contrincantes, y que sus cenizas, imperceptibles, habían sido arrastradas por el viento.
Precisamente de todo esto estaba huyendo Yuki, que aquel día estaba más triste que de costumbre. Y también fue justamente todo lo anterior lo que hizo que la mayoría de los ex - compañeros de Kyo y del torneo en general se presentaran allí.
Kagura los contabilizó. Estaban presentes Shingo, Benimaru, Goro, King, Mai, Andy, Terry, Joe, Kim, Jhun, Choi, Chang, Athena, Sie, Chin, Ralf, Clark, Leona, Mary, Bao, Ryo, Robert y Yuri y el American Team, que ya tenían mucho sin ir. Nadie más. Los ausentes no tenían posibilidades como Heidern, no tenían interés como Billy o de plano no les interesaba lo que les pasara como a K'. Pero Chizuru consideró que no eran pocos. Así que los reunió en un cuarto y les expuso sus descubrimientos.
—Quiero agradecerles que se hayan tomado la molestia de responder a mi llamado. Estoy segura que, a raíz de lo que había mostrado Kyo, y lo sucedido tanto a él como a Iori Yagami, muchos de ustedes viven en el desconcierto total, pensando que muy probablemente se trate de algo parecido a lo que vivimos con Orochi y que una situación así se volvería crítica sin los dos elementos más fuertes con los que contamos en aquella ocasión.
—¿Qué es exactamente a lo que enfrentamos ?—preguntó Leona sin más preámbulos—. No puede tratarse de Orochi, porque si fuera así entonces yo tendría problemas por ser parte de su Riot. Pero nada ha sido así. Mis compañeros pueden comprobarlo.
—Sí, sí, así es—dijeron en coro los compadres Clark y Ralf.
—Leona, probablemente esto sea mucho peor de lo que nosotros hubiéramos podido imaginar—contestó Chizuru, dirigiéndose a todos los presentes. Bao miró con curiosidad a Athena y a Sie, pero estos le miraron y le negaron con la cabeza, como diciéndole, 'no temas, no es serio'.
—La situación puede ponerse muy riesgos. Lo que he comprobado es que sí están en otra dimensión paralela a la nuestra. Pero hay personas que de algún modo están de nuestro lado.
—¿Pero cómo puede ser eso ?—Preguntó Terry—¿Cómo sabes que hay alguien que los auxilia ?
—Puede parecerles increíble, aunque a estas alturas para nosotros cualquier cosa puede ser posible—dijo Chizuru, caminando de un lado a otro del recinto—pero una aparición proveniente de la dimensión donde se han quedado encerrados, me ha proporcionado ciertas guías para saber qué es lo que sucede. No son del todo claras, pero ya tengo algunas conclusiones. Respecto a lo de la ayuda que tienen...están, al parecer en un mundo con tintes medievales. No sé cuál es la situación de ninguno de los dos, pero sé que recibirán ayuda de un poderoso caballero.
—¡Un caballero !—La exclamación fue general, algunos comentarios de desconcierto aparecieron en escena, otros fueron de admiración y algunos más de incredulidad.
—Eso me hace suponer que dentro de ese mundo hay magia—comentó Athena—como en este. Todos nosotros somos personas superdotadas, con poderes psíquicos o de fuego, o de viento, o de electricidad. Algunos con el poder de semidioses, como Iori o Leona—todos guardaron silencio para escucharlos—. Entonces, en aquel mundo debe haber personas como nosotros, si es como Chizuru lo menciona. Ojalá este caballero tenga algo en especial.
—¿Pero qué peligro pueden correr ellos en aquel mundo ?—preguntó Kim, yendo directo al punto. Shingo y King miraron a Chizuru muy atentos.
—Tiene relación directa con lo que le está sucediendo a Kyo. Ahora, todos sabemos cuál era la causa de los ataques de orgía de sangre que sufrían Iori y Leona. Era Orochi.
—¿Orochi también es responsable de lo que le sucede a Kyo ?—preguntó Benimaru.
—Ese es uno de los grandes acertijos que aún no resuelvo—dijo Chizuru, sentándose en una silla con intranquilidad—. Yo pensé que en algún momento podría serlo. Pero no. He estudiado mucho la situación y no es posible que haya conexión alguna con Orochi, al menos no en el caso de Kyo. Pero entiendan que esto sólo puede ser la mínima parte de una compleja encrucijada de relaciones, que empiezan con la familia Kusanagi, Yagami, Orochi y los que se encuentran en la otra dimensión.
Todos comenzaron a comentar sobre sus propias impresiones.
—Esperen. Aún hay muchas cosas más. Orochi no tiene nada que ver con lo que le ocurre a Kyo. Pero sí tiene que ver con la otra dimensión.
—No puede ser—agregó Ryo—¿Orochi podía pasar de una dimensión a la otra ?
—No dije que fuera él directamente...sino su 'hermano'.
Los presentes exclamaron.
—¿El hermano de Orochi ?—preguntó Kensou.
—No sé hasta qué punto esto sea cierto. Según la aparición y lo que he podido ver, Orochi es considerado también en la historia de la otra dimensión, pero como un dragón - hidra. Se supone que los poderes de la familia de Iori le fueron conferidos por este 'dragón', que era el dueño del 'poder congelante' 'el fuego azul'.
—Iori tiene un poder congelante—agregó King—¿Lo recuerdan ?...
—Pero eso no tiene congruencia—replicó Mary—porque en algunos casos las llamas de Iori funcionan como el fuego convencional.
Chizuru empezó a tomar notas. Las dudas de los presentes también serían muy útiles. King no supo decir nada ante semejante afirmación.
—Déjenme continuar—dijo la sacerdotisa—. Si la familia de Iori tiene ese poder, ¿Qué explica el poder de Kyo ? ¿Alguien puede decírmelo ?...
Athena y en general todos tenían varias explicaciones, pero ninguna que pudieran dar en realidad.
—Este hermano de Orochi, ¿Pudiera tener algo qué ver ?—preguntó Jhun.
—Esa es una buena pregunta. Según los datos que me proporcionó la aparición, es posible que sí.
—Pero...¿cuándo sucedió eso ?—insistió Athena—Debió haber sido también hace siglos, porque tu familia y la de Kyo requirieron sus poderes para cerrar el sello de Orochi.
—No sé. Supongo que al igual que ahora hubo un momento en que las dimensiones se juntaron y una puerta se abrió, en aquel entonces pudo haber sucedido algo parecido, y entonces el hermano de Orochi les confirió su poder a la familia Kusanagi.
Justo dijo aquello Chizuru y por la puerta entraron los padres de Kyo.
—Hemos estado escuchando toda la plática desde afuera—dijo Saisyu—. La historia de nuestros poderes viene desde muchas generaciones atrás, cuando el primer Kusanagi, que guió la rebelión contra Orochi dirigió a los hombres.
Los presentes le abrieron paso y así Saisyu llegó hasta el frente mientras la madre de Kyo llegaba a dar un abrazo a Yuki.
—A los Kusanagi siempre se nos ha dicho que es una habilidad hereditaria, se nos enseña a manejar las llamas con maestría imprimiéndoles un sello propio de acuerdo a cada persona. Es por eso que el estilo de mi hijo y el mío son tan distintos y en algunos rasgos tan similares. Las cosas no siempre han sido tan claras, pues al transmitirse en generaciones el poder, llegó un momento que sólo había una verdad : era de sangre .  No sé como sea en todo caso la situación de los Yagami con sus tradiciones. Tal vez siempre supieron que eran hijos de Orochi. En su caso tal parece que a Iori no le importaba mucho.
Se detuvo a pensar un momento, quizá acordándose de su hijo, y miró al infinito, como si lo extrañara. ¡En verdad, cuánto lo echaba de menos !...
—Así que todos los Kusanagi desechábamos cualquier tipo de idea—continuó—...por lo que todo lo que está diciendo Kagura me resulta doloroso siquiera de imaginarlo. No quiero pensar que mi hijo tenga que recibir un suplicio parecido al de Yagami.
A King se le cerró la garganta. Se cubrió los ojos y se puso a llorar en silencio, en una esquina, alejada. Todo aquello le dolía. Mai quiso ir a consolarla, pero Andy la tomó de un brazo.
—Déjala, mi amor—le susurró—. Necesita desahogarse. Debe pensar muchas cosas.
Mai asintió. Todos permanecieron en silencio.
—Sé que muchas cosas resultan difíciles. Entonces no sé por qué eran requeridos en aquella dimensión, por qué de algún modo ambos fueron secuestrados. Posiblemente tenga que ver con lo que traen dentro de sus sangres. Todo esto nos proveerá de muchas respuestas. Ahora, tengo que agregar algo más.
Los peleadores la miraron expectantes.
—Tenemos la posibilidad de ir a auxiliarlos. Pero quiero advertirles que es otro mundo, y no sabemos si podremos regresar.
Todos exclamaron.
—Aquellos que tienen una familia aquí, deben quedarse. Los niños como Bao, yo preferiría que se quedaran aquí—Bao tomó a Athena del vestido abrazándola. Ella le tomó la cabeza y se la acarició, asintiendo, como diciéndole 'lo que ella dice es verdad'. Chizuru continuó—Sé que Kyo e Iori eran amigos de muchos de ustedes, pero no sabemos qué es lo que vendrá. No quiero que se arriesguen de modo innecesario. Así que solamente les voy a pedir a quienes estén dispuestos a venir que lo hagan, pero que tomen bien su decisión.
King había dejado de llorar y se unió al grupo. Yuki y la mamá de Kyo se miraron. Leona volteó a ver a sus compañeros y como por inercia fue a refugiarse en los brazos de Ralf.
—No les diré que haremos para ir a la otra dimensión a buscar a nuestros compañeros. Medítenlo. Nos veremos mañana aquí mismo.
Y Kagura salió del recinto, perdiéndose de la vista de todos, que bajaron la mirada.

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