Sueños de un demonio - Capítulo X





Capítulo X
El encuentro de Sigma

—¿A qué te refieres con que pasará algo serio ?...—dijo Iori mirando a Sigma.
—Te lo diré con la condición de que comas. Tu plato está intacto, y no me gustaría que te volvieras a sentir mal—dijo Sigma a Iori con una gran sonrisa.
Iori asintió un poco y empezó a comer.

Romeo se sentó en un gran trono y Rufus lo miró insistente.
—¿Y bien, joven príncipe ?—le preguntó el viejo—¿Esperará a que los acontecimientos ocurran por sí solos ?
El muchacho se tomó de la barbilla.
—¿Y qué puedo hacer yo ahora ? no puedo decidir nada. Ni siquiera conozco al hijo del Rey Sigfried.
—Quizá esté en el reino Dragón en estos momentos, fungiendo como Rey.
—No lo creo...—murmuró Romeo y se levantó poco a poco—Al menos el rey no me dio esa impresión...
—¿Por qué lo dices ?—cuestionó Rufus—¿Es que acaso te dijo el rey Sigfried algo en particular ?
—No lo sé...mira...lo que me dijo es que su hijo era "El más fuerte de los Caballeros Dragón" y "El más joven e inexperto". Creo que hubiera dicho que estaba reinando o algo así.
Rufus caminó hacia otra silla y se sentó con gran  pasividad.
—P-pero...Los caballeros Dragón...
—¿Qué ?—dijo Romeo—¿Acaso sabes tú algo ?...
Rufus miró al príncipe y lanzó un suspiro.
—Los caballeros Dragón ya no existen. Se supone que al haber acabado las guerras entre el reino de tu padre, que ahora es tuyo y el reino de Sigfried toda la legión se dispersó. Empezaron a corromperse tras el desmoronamiento del reino Dragón en aquella época de crisis.
—¿Época de crisis ? ¿Aquel reino tan poderoso como para derrotar a mi padre vivió una época de crisis ?...
—Así es.
—¿Pero por qué ?...
—Nadie está seguro...el rey Sigfried tenía algo especial, algo que ningún mortal de Ysatna comprendía. Era muy sabio y sabía cosas que ni los ancianos de otros reinos conocían.
Romeo escuchaba las palabras de Rufus con la atención de un niño pequeño ante las historias de su abuelo.
—Continua, por favor, Rufus.
—Cuentan muchas personas, que el mirar del rey Sigfried era muy profundo y su fuerza era descomunal, nadie sabía por qué. Se casó con la escanto Marina, ella era una doncella muy hermosa y poderosa de su raza, y el reino vivió una paz y prosperidad que fueron  la envidia de muchos reinos. Poco después se descubriría que el rey era un dragón hecho humano por quién sabe qué designios, y eso explicaba su gran poder y sabiduría. Naturalmente, el hijo de ambos debe ser un ser muy fuerte y misterioso. El desorden en el reino Dragón comenzó con una serie de ataques...
—¿De mi padre ?
—No, príncipe. Tu padre ya había hecho una tregua con el rey.
—¿Entonces ?...
—Nadie lo sabe con seguridad, pero era alguien con tanta fuerza como para ponerse cara a cara con Sigfried. Y nunca tampoco nadie supo quien fue. Los ataques no fueron directos, pero el reino empezó a sufrir una crisis interna. Todo culminó con la muerte de la reina Marina.
—¡ !...
—El rey Sigfried se sumió en una tristeza  y una desesperación inimaginables y descuidó el reino, el cual cayó en decadencia.
Romeo miró hacia la ventana como recordando también las cosas de su pasado cuando él aún era muy niño.
—¿Y el príncipe ? ¿Cómo se llamaba ?
—Eso nunca lo supe. Pero se mantuvo aislado. Triste, y olvidado de su padre.
—¿Y después ?...
—El rey Sigfried murió de la tristeza. El reino era un caos y fue cuando los caballeros dragón se dispersaron.  Los que tenían vocación real son reconocidos como héroes en muchos reinos, pero empezaron a escasear. Otros muchos portando también las armaduras santas hicieron todo lo contrario. Se convirtieron en bandoleros y ladrones, abusando de sus investiduras para conseguir cuanto quisiesen. El desorden fue neutralizado cuando Ralgem, hermano de Marina, tomó el mando del reino y éste empezó a reorganizarse.
—Pero, ¿Qué pasó con el hijo de los reyes ?...
—No lo sé. Nadie en el reino lo sabe.
Romeo golpeó con los puños la pared.
—¡Maldita sea ! . ¡El hijo del rey es una de las piezas principales en los sucesos que acontecerán gracias a la venida de estos jóvenes extraños y no sé quien es ! ¡Mañana mismo iré a ver al rey, debe ser Ralgem !...
—No lo haga, príncipe...Por favor...
—¿Por qué no ? —dijo Romeo ofuscado.
—Ambos reinos siguen peleados. No creo que él le diga algo. Ralgem culpa al reino de Omega por los estragos causados en todo el reino antes de que Sigfried tomara el poder y nosotros no podemos perdonar toda la sangre derramada en las cruentas guerras contra ese reino.
—¿Estás insinuando que hay una rivalidad entre nuestras familias ? ¡Eso es inaudito !
—¿Acaso el rey Sigfried no le dijo algo al respecto ?
Romeo exclamó un poco...
Tu padre siempre quiso conquistar ese reino antes de que yo lo gobernara, cuando no era el Reino Dragón, sino el Escanto.
El príncipe agachó la cabeza apesadumbrado.
—Qué terrible. Yo era tan pequeño que no pude saber todo aquello...¡Cuánta crueldad trae la guerra !
Rufus tomó del hombro al joven.
—Pero ahora tienen un enemigo en común. No se preocupe. Sé que el príncipe Caballero Dragón aparecerá cuando menos lo esperemos. Mientras tanto, hay que proteger al niño que está como nuestro huésped.
—E-Está bien...

 Iori suspiró satisfecho. La comida había estado deliciosa. Sigma se mantuvo sentado todo el tiempo frente a él, con una sonrisa en la cara.
—¿De donde sacas esa facilidad para sonreír ?—preguntó Iori con un acento molesto fingido.
—Es muuuy natural, lo traigo de herencia—dijo Sigma en broma.
—¿Tus padres eran tan bonachones como tú ?
—Mi madre siempre estaba contenta, lo mismo mi padre...hasta que...
Sigma guardó un poco de silencio, apagando un poco su sonrisa.
—¿Hasta.... ?
—Uhm...Olvídalo, Sir Iori. Dime ahora, ¿Por qué tú nunca sonríes ?...
—Nunca lo he hecho. No me ha pasado nada como para sonreír. Y mucho menos lo traigo de herencia.
—Se ve en tus ojos que fuiste muy infeliz en el pasado.
—Déjame en paz.
—De acuerdo—dijo Sigma encogiéndose de hombros—. Dime, ¿De qué querías hablarme ? Prometo no ser yo quien te interrumpa en adelante.
Iori lo miró con recelo.
—¿Cómo supiste lo de la mucama ?
—Lo vi en tus ojos.
—¿Cómo sabes lo de mi preocupación por Kyo ?
—Lo vi en tus ojos.
—¡¡Con una Mierda ! ! ¿Todo lo ves en los malditos ojos ?...
Sigma asintió.
—Desde siempre, puedo ver el dolor, la tristeza, la felicidad, en los ojos. A veces voy más allá y me doy cuenta de lo que alguien acaba de pasar con leer sus movimientos y su rostro.
—¿Y quién carajos te enseñó eso ?
—Algunas cosas, siento que las traía de nacimiento...otras...me las enseño Pesadilla.
—¿Pesadilla ? ¿Esa cosa sobre la que vinimos montados ?
—No es una cosa. Es un dragón.
—Me vale un bledo lo que sea. Entonces ahora que sabes lo de la mucama, ¿Ustedes realmente creen en el amor ?
—¿Por qué no creer en algo que se siente ?...
Iori volteó su rostro.
—Qué clase  de ideología tan estúpida.
—El amor es una fuerza muy poderosa. Por amor nacimos cada uno de nosotros. Por amor fue creado el universo. El amor se puede sentir en cualquier momento y con cualquier persona. Por supuesto que aquí podemos amar intensamente a alguien con tan solo verlo. Esa es una capacidad de la gente de Ysatna. Ignoro como sea en la tierra.
Iori guardó silencio.
—Pero no todo es así...—dijo Sigma—a veces el amor se deja madurar más. Es como todo. ¿Tú no crees en el amor a primera vista ?...o mejor dicho, Sir Iori, ¿No crees en el amor ?...
—Por supuesto que no.
—Sinceramente yo no lo creo así. Hay amor en tus ojos, y es por ese amor por el que sufres. Aunque tú no lo entiendas. Yo tampoco entiendo. Es algo que simplemente se da y se expresa y es todo lo que cuenta.
Iori ya no supo como replicar ante algo tan cierto.
—Ahora, dime...¿Qué es lo que va a suceder ?
Sigma se levantó y se acomodó en la ventana.
—Antes de encontrarte, pasó algo muy extraño para mí.
—¿Algo extraño ? ¿¿Algo extraño ? ? ¡Todo este mundo está loco !...
—Entonces imagina cuán extraño fue...
Sigma empezó a murmurar.
—Iba con pesadilla a visitar a un amigo mío llamado Sefner a un reino bárbaro muy  lejano, cuando una brisa muy cálida se percibió en el ambiente. Entonces, ante mí, hubo una aparición que no me pareció ser de Ysatna....

Sigma y pesadilla miraron sorprendidos  aquella luz que iluminaba el camino justo enfrente de ellos. Pesadilla empezó a ponerse nervioso mientras que se acercaba, cuando sigma lo acarició y poco a poco recuperó la calma. Entonces en la luz pudo distinguirse la silueta de un hombre alto y fornido. Sus ropas eran muy diferentes a las conocidas por Sigma. Estaba vestido con un Dobok blanco y unos cinturones largos dorados. Su cabello era completamente blanco, tenía bigote y barba y su mirada era expresiva y al mismo tiempo dulce.
—Detente, hijo de Sigfried. Debes recibir un mensaje.
Sigma miró al señor pero disimuló su sorpresa.
—¿Quién es usted, amable caballero ?—dijo—¿Cómo conoce el nombre de mi padre ?...
—Tu padre y yo estamos en el mismo lugar.
Sigma hizo una mueca de incredulidad.
—Mi padre murió cuando yo era niño, señor.
—Yo también estoy muerto, caballero.
El príncipe abrió los ojos muy grandes.
—Disculpe mi insolencia, señor—Dijo sigma descendiendo de su dragón.— ¿Cuál es el mensaje que debo recibir ?...
—Debes prepararte para la guerra.
—¿Guerra ? ¿Contra quien ?...yo he decidido no manchar mi armadura santa en nombre de la guerra. Eso no tiene sentido. Un caballero Dragón vive para servir a los demás, no para la guerra.
—Esta guerra involucrará a cientos de inocentes. Debe incumbirte. También a la persona que amas.
—Yo no amo a nadie. Mi corazón no puede voltearse para nadie.
—Eres tan obstinado como tu padre, joven Sigma.
—¿Y tú que sabes de mi padre ?
—Que tu padre era un dragón que por amor se convirtió en humano y por amor se murió.
—Cosa que no le perdono. Mi padre amaba a mi madre, es cierto, pero me dejó solo.
—Todos comentemos errores. Tu padre siempre te amó.
—Pero eso no justifica el tiempo que me abandonó para después morir.
—Debes aprender a perdonar, joven Sigma. Eres un caballero dragón.
Sigma agacho la cabeza reconociendo sus propias culpas. Pesadilla lo acarició con su hocico para que siguiera la conversación.
—Lo sé. Espero hacerlo algún día.
—Lo harás cuando sepas todo lo que debes saber para perdonar. Pero también deberás perdonar a tus propios enemigos.
—¿Mis enemigos ? ¿Qué sabes tú de mis enemigos ?
—Los enemigos de tu madre y después de tu padre y ahora quienes guardan rencor contra todo tu reino. Deberás perdonar al último de ellos porque con él tendrás que acompañarte para pelear.
Sigma se tomó la cabeza con incertidumbre.
—No lo comprendo, señor.
—Algún día lo entenderás.
—¿Y esa guerra será pronto ?...
—Esa guerra empezó desde que naciste. Esa guerra continuará hasta que el malo muera. Y lo peor comenzará cuando dos estrellas caigan del cielo.
—Dos estrellas...
En la frente del aparecido brilló un sol relampagueante. Sigma se sorprendió con aquella marca tan peculiar.
—¿Y quién es usted ?
—Soy el líder del clan solar y soy uno de los primeros padres de una de las estrellas que caerán. Los antiguos peleamos en una batalla contra dos terribles seres dragón. Sin embargo, pronto habrá una gran lucha dentro de tu corazón y dentro del corazón de tu enemigo y de las estrellas.
—Suena muy hermoso e interesante, pero definitivamente no sé de que habla...
—Ya lo sabrás. Esas estrellas son dos muchachos. Tienen dos piedras codiciadas por el malo. Y tú debes cuidar a uno de ellos y cuidar su piedra, porque el poder de ambas piedras es grandísimo y el maligno lo quiere.
—Ya veo...¿Cuándo sabré quien es el niño que me corresponde ?
—Será rebelde. Su cabello será el fuego y sus ojos el cielo de la noche.
—Está bien. Aceptaré esto que me espera como mi destino.
—No te confíes tanto, porque yo sé que vas a sufrir. Y el que te quiere  también sufrirá.
Pesadilla se dio la media vuelta y se retiró de allí. Sigma lo vio y se dispuso a seguirlo.
—Escucha esto último, joven caballero. Habrá muchas coincidencias. Habrá mucho dolor. Y sabrás tu lucha contra el que estarás peleando será una causa justa que vengará a la estirpe de quien te ama y que vengará a tu propia sangre.
Sigma miró confundido al hombre.
—Solo te pediré que tengas fe. Y que mantengas ese espíritu de guerrero y de dragón que vive en tu corazón. Eres un mestizo muy especial.
Sigma le dio la espalda.
—Gracias por el aviso, noble señor. Tomaré en cuenta lo que me dijo, pero no estoy dispuesto a manchar mi corazón en una guerra inútil.
Entonces empezó a caminar.
—¿Ya vas a buscarlo ? Simplemente no te sorprendas por lo que vas a descubrir. Te deseo la mejor de las suertes...
Sigma escuchó esto último pero fingió ignorarlo y caminó hacia donde Pesadilla había desaparecido.

Iori escuchaba sorprendido.
—Vaya...¿Dices que el tipo este tenía un sol en su frente ?
—Sí. Un sol peculiar.
Iori empezó a trazar con la salsa sobre el plato el sol que Kyo solía portar en su chaquetilla.
—Dime, ¿era así ?...
Sigma lo miró sorprendido.
—Exactamente...
Iori se tomó el rostro. ¿Aquel señor que se le apareció a Sigma era el primer Kusanagi, aquel que derrotó a Orochi en la leyenda y uno de los causantes de la estúpida guerra entre clanes ?...Pero...le dijo a Sigma que habían peleado contra DOS seres dragón...¿Había DOS Orochi ?...
—Entonces...—añadió Sigma—Tú eres uno de los niños. Eres una de las estrellas.
—Y Kyo es la otra estrella—completó Iori—¡Debo encontrarlo !...
Sigma lo miró en su desesperación.
—Lo haremos, Sir Yagami. Te lo prometí. Solo que espero que esta guerra no sea tan mala y tan sangrienta como lo presagian.
—¿Y donde se supone empezaremos a buscar ?...
Sigma miró hacia la luna.
—Voy a ir al reino de Omega.

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